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sábado, 27 de agosto de 2011

De vuelta..., aunque aún no me haya ido..., ni me iré

Tan sólo ha pasado un mes y parece que haya sido una eternidad. El mes de agosto no me gusta. Sí, ya lo sé…. “oooooo…, pero qué dice esta ahora”…. Es un mes “perdido” no sé cómo explicarlo sin que resulte un ser de otro planeta. En mi caso, ahora mismo es un mes que me para, que me hace bajar la guardia, que me relaja de tal manera que cuando reengancho septiembre voy con las pilas descargadas. Posiblemente hará unos seis, siete años esta conversación no la tendría. Las cosas eran distintas. Deseaba que llegara agosto para coger mi maleta y marchar para el pueblo o con mi pareja, a cualquier otra parte, pero ahora, con los peques, sin poder salir a ningún lugar, tan sólo encerrados en casa y sin saber a dónde ir, la rutina se cala en mis huesos y acabo cansada de estar sin hacer nada. El año pasado en mi quinto mes de embarazo marchamos cerquita a un hotel todo incluido. La cosa fue bien, algo cansada, era normal, calores, pero en la piscina todo se iba. Este año, ha sido muuuuy diferente. A parte de que apenas he coincidido con mi marido unos días, me dieron la posibilidad de trabajar más horas y viendo como está el panorama y que somos uno más, sin ayudas por ningún lado, acepté. Pasé de 4 horas diarias a 9 y 10. Tampoco no es un trabajo que mate, no me puedo quejar, pero todo el día de pie, de arriba para abajo, nerviosa, angustiada pues era otro tipo de trabajo y no me podía equivocar, acababa en casa todas las noches de los nervios. Tuve la gran suerte de que mi marido se encargó de los niños y de la casa, para él no fue tanta la suerte pues ha pasado un mes de vacaciones que no las quiere repetir más. Suerte que su madre coincidió con él unos días y se iban todos juntos de arriba para abajo. Pero bueno, a ver cuando regrese de estos 15 días de vacaciones cómo me recompensa el jefe pues aunque parezca tonta, no sé de qué manera me pagará las horas extras. No hablamos nada, tan sólo dije que sí… Pero bueno, a ver qué tal se porta. Entre medias se nos rompió el coche, el embrague. Más de 600 euros a pagar de reparación cuando el coche en cuestión no se vende por más de 1.000 € tampoco me va el cuenta quilómetros, súmale otros 300-500 € depende de si las piezas son nuevas o de desguace y la mano de obra. Así que hemos decidido comprarnos otro vehículo. De segunda mano no, pues estaríamos ya mismo en las mismas, y para que resulte un vehículo bueno nos tendríamos que gastar más de 6.000 € y por gerencia, Km0 hay coches que valen la pena y apenas se han utilizado. Así que en mi primera semana de vacaciones hemos estado mirando coches, haciendo números, etc, etc… un rollo de semana. Y al final, la cosa parece que nos ha salido de maravilla. Aunque hasta la semana que viene no sabré nada aún , así que no desvelaré el secreto por si las moscas todo se tuerce. Encima, a los pocos días de trabajar, mientras mi marido se duchaba, se encharcó todo el baño. Un problema en las tuberías pues la bañera no tragaba agua y salía agua por todas partes. El seguro de mi hogar tardó unas 48 horas en ponerse en contacto con nosotros, suerte tuve que pillé al jefe de escalera que se iba de vacaciones en el supermercado y le pedí toda la documentación. Me la dio y yo misma gestioné el tema. Era un problema del bajante de la comunidad, en cuanto llamemos al seguro en menos de 24 horas ya lo tenía solucionado, así que ya sabemos que nos cambiaremos de seguro. El que tenemos es el mismo que contratas con el banco cuando te hacen una hipoteca. En 7 años por suerte nunca lo hemos necesitado. Mi madre siempre me decía que me cambiara al suyo, y no le hacía caso… Al final, el suyo es el que nos lo ha solucionado. Llamemos a la cuba y en menos que canta un gallo ya nos estábamos duchando otra vez allí. Tuvimos la gran suerte de que encima no había ningún vecino, de los 5 que somos, que si no, cada vez que tiraran de la cadena mi casa se convertiría en un pantano asqueroso… puag…. Pasamos la noche en casa de mis suegros pues el olor inicial era asqueroso y con los peques como que no estábamos tranquilos. A parte, que no podíamos ducharnos, ni ir al baño y la pequeña y uno mismo pues no estaba cómodo. Así que mis suegros nos abrieron las puertas de su casa y estuvimos muy bien con ellos. El rollo fue que tenía que levantarme temprano para ir a trabajar, pero bueno, que al final lo solucionamos bien, y tan sólo fue una noche pues se arregló todo rápido.
En fin, que mi agosto ha sido bastante raro, he pasado muchos nervios, a tiempos he estado pausada, sin nada que hacer, la semana que viene cuando mi marido empiece a trabajar me tocará estar con los niños yo sola…. No me lo quiero imaginar… Es que con estas calores a dónde voy a ir con ellos. A la playa o piscina con los dos pequeños no puedo ir, no me atrevo. La grande es muy movida y el pequeño es un bebé… Me estresaría en 5 minutos. Y encima, en la ciudad lo han hecho tan bien que han quitado todo el aparcamiento para hacerlo de pago. Te sale por un ojo de la cara el ir a la playa. Antes aparcabas en un sitio u otro, pero ahora, es imposible. Lo han hecho para que cojamos el bus, pero yo con el carrito, los dos, las mochilas, la sombrilla… Encima que no vienen a su hora…, y que tardan entre uno y otro más de 20 minutos, acabaría llorando desesperada en la parada del bus… En fin, que estoy deseando que pase agosto rápido para volver a la rutina de siempre. Septiembre me gusta pues es como el renovarse. Eso de en enero dejar de fumar, apuntarse a un gimnasio, a mí no, a mí lo que me hace recapacitar o coger energía, nuevos propósitos es septiembre. Me gusta ese mes pues todo vuelve a su normalidad. También regresan las series que dejamos la temporada pasada con nuevas aventuras, regresa un poco el fresquito, no me gusta que haga frío, pero estas calores tampoco. Así que…, así estamos… Otra cosa, esta es motivo de felicidad aunque aún no me lo llego a creer del todo. En estos días de trabajo he comido más comida basura que nunca, como se iban todos por ahí, y me quedaba sola en casa, pues que si me hago un bocadillo, una pizza…, que si salimos a cenar por ahí para que mi marido también se despeje, etc, etc…, no me pesé en dos semanas por miedo a ver el 76 y cuando el lunes pasado me subí a la báscula, no me lo podía creer… 73,40 Kg… le dije a mi marido que el peso estaba roto pues empezaba otra vez a hacer tonterías, y eso que es el nuevo, pero se pesó él y me dijo que no, que iba bien. Al día siguiente otra vez y 73,5 Kg… ahiii…. Que casi sin hacer nada he perdido un quilo… Será cuestión de trabajar más de 8 horas diarias. Ahora esta semana a ver qué pasa, sin hacer nada. Lo que tengo claro es que no quiero volver a ver los 75 kg en la báscula… a ver qué tal, ya os contaré…
Saludos!!!

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