Mientras me preparaba el salmón a la plancha con esa gotita de aceite refregada por la base con papel absorbente pensaba… “Con lo bueno que estaría con una salsita de nata y pimienta…” Así que enseguida se me encendió la bombilla… La crema de queso batida 0% tiene la consistencia de la nata. Cogí un cacillo, puse una cucharada sopera, pero OOOOOOhhhhhh… se volvió agua y grumos, como nata cortada. Así que cuando terminó el salmón de hacerse pensé… “Y si lo pongo tal cual… Pero … ¡le echaré pimienta! Dicho y hecho… Me comí esos dos trozos más otro que no digo que era igual, pero casi… Con razón por la noche tan sólo nos entraba un cuarto de tortilla de dos huevos… Pero y lo bueno que estaba… Por la tarde apenas sentí hambre. Por la noche estaba algo pesada, pero me sentía bien. Tampoco es plan de comerse un salmón entero todos los días, ni una ternera ni pollo, pero que me sentó muy bien. Espero que os guste.
Ahora los postres… Otra entrada…
Hasta luego
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